Sacan de las casas los muebles, cubiertos de barro, tras la riada. Las casas han quedado destrozadas. Mano a mano, los vecinos, que recuerdan la historia que vivieron, forman una cadena humana para intentar salvar lo que pueden. "Una señora que está inválida tragó agua y se le encharcaron los pulmones", cuenta una vecina.

En Cebolla no es la primera vez que viven un episodio así. En 2011, otra inundación les sacó de sus casas. La de este sábado es la cuarta en los últimos siete años y la peor, según dicen. Los vecinos, indignados, piden soluciones para evitar nuevas riadas.

Una vecina afirma: "Esto no pasaría si las infraestructuras estuvieran bien hechas". El problema viene cuando se desborda el arroyo que cruza el municipio. El cauce desaparece cuando comienza el casco urbano. Ese tramo queda soterrado y, después, vuelve a aparecer.

Las autoridades hacen balance de lo ocurrido. "Hemos presentado un plan de mejora que, lógicamente, disminuiría los efectos de estas riadas y no hemos recibido nunca respuesta", declara, Silvia Díaz, alcaldesa de Brunete.

Por su parte, Javier Nicolás, delegado de la Junta de Castilla-La Mancha, asegura que "tanto por parte de la Junta como de la Diputación se han puesto todos los medios materiales a disposición del propio Ayuntamiento".

Medios que según los vecinos han de ponerse antes de que ocurran las inundaciones y no después, cuando su pueblo está prácticamente arrasado.