La mujer asesinada, presuntamente, por su pareja en El Prat de Llobregat, en Barcelona, acudió a Urgencias del Hospital Universitario de Bellvitge tras sufrir una agresión por parte del este el pasado mes de junio. Así lo ha explicado la abogada de la víctima, Marisa Fernández.
"Manifestó que el marido la había agredido, le había dado un empujón, se había caído y se había hecho daño", ha apuntado la letrada en declaraciones a laSexta.
En el parte médico de la agresión se recoge que acudió "a Urgencias traída por una ambulancia por posible agresión doméstica por parte del marido". "Cuenta un empujón y una caída hacia atrás con traumatismo contra la mesa a nivel costal derecho y brazo derecho tras una discusión", añade el escrito.
Los centros tienen que notificar a los jurados todos los casos de agresiones, por lo que Yulia debería haber recibido una citación judicial de los hechos, pero esta nunca llegó.
Los centros sanitarios deben notificar todos los casos de este tipo
Por estos hechos, la Conselleria de Salut de la Generalitat ha abierto un expediente informativo y el propio centro sanitario, una investigación interna. El objetivo es aclarar si el hospital envió o no un informe de malos tratos tras atender a la víctima cuando esta acudió con varias lesiones.
La abogada de la fallecida, que asesora gratuitamente a las víctimas de violencia machista, ha detallado quela mujer acudió en octubre a su despacho con la intención de divorciarse. Fue entonces, según ha asegurado la letrada, cuando le contó que en junio había acudido a urgencias tras ser agredida por su marido.
"Ella consideraba que ir a denunciar con el parte médico era peor. Quería que se siguiera el protocolo y cuando el juzgado la llamara, ratificar lo ocurrido y ahí ya hacer una denuncia formal, pero no dio tiempo", ha sentenciado.
En malas condiciones
Seis detenidos en una operación que ha desmantelado tres viviendas utilizadas para alojar migrantes en situación irregular en Alicante
Muchos de estos migrantes, provenientes de Argelia y Marruecos, habían llegado recientemente a las costas españolas. Pagaban entre 10 y 20 euros por noche para alojarse en estas viviendas. En algunos casos, el alquiler mensual por una cama alcanzaba los 600 euros.