El barco de ProActiva Open Arms está amarrado en el puerto sin moverse. Así lleva más de diez días desde que llegó para desembarcar a 218 migrantes. Y así tendrá que seguir porque el juez confirma la incautación por parte de Italia. Se ha filtrado a los medios italianos el auto en el que además acusa a la ONG de favorecer la inmigración ilegal pero habría desestimado el delito más grave, el de organización criminal.

Barco insignia de la ONG Proactiva Open Arms

Dos de sus tripulantes acusados todavía continúan en suelo italiano. No están obligados a continuar allí, pero prefieren conocer de primera mano el futuro judicial que les espera. Mientras, Óscar Camps continúa con su batalla. Hasta Bruselas ha viajado para que suene alto y claro en la Unión Europea que el camino no es criminalizar a las ONG que operan en el Mediterráneo.

No acaba aquí el periplo más difícil, el judicial. Ahora la fiscalía de Ragusa tendrá que examinar de nuevo el caso y decidir sobre el futuro de los tres acusados y sobre el barco. A ellos lo que más les pesa es que un día perdido equivalga a vidas perdidas.