Mientras el mundo se escandalizaba por la salvaje agresión a Jamal, su hermana sufría otra. En ese mismo patio que debiera ser un lugar seguro, de esperanza en el futuro y de diversión.
Él, se sincera ahora, apenas puede salir, ni pegar ojo. "Cuando todo el mundo vió el vídeo, me sentí avergonzado. No puedo hacer los deberes y eso. Me despierto por la noche, llorando", explica el joven Jamal de 15 años.
No quiere volver a clase porque, asegura, el acoso y el racismo han sido una constante desde que llegó a Inglaterra hace dos años. "Me trataron muy mal, insultándome. Me consideran diferente a ellos", añade.
Y todo, denuncia, ante la inacción cómplice de profesores y autoridades. La solución que le daban era que se cambiara él de instituto.
El Ayuntamiento ha mandado guardas al centro para calmar los ánimos. Pero la familia de Jamal, activistas y políticos lamentan que la agresión haya tenido que viralizarse para que se haya hecho algo al respecto. Y recuerdan que, lamentablemente, no es un caso único.
Tragedia tras la tragedia
Un operario muerto y otro herido en el derrumbe del techo de un colegio de Massanassa cuando limpiaban tras la DANA
Ambos trabajaban en las labores de recuperación del centro. Al lugar se han trasladado los servicios de emergencias, así como agentes de la Policía Nacional que investigan las causas del suceso.