Jesús Pradales, acusado por la muerte de Juana Canal, ha roto su silencio tras 19 años, afirmando que la tragedia fue un accidente. En su declaración, relató los hechos ocurridos la noche del 23 de febrero de 2003, cuando ambos discutieron en la casa que compartían. Según Jesús, el conflicto comenzó porque Juana, tras haber bebido, se volvió agresiva y empezó a golpearlo, escondiéndole además las llaves, el móvil y 600 euros. "Cuando la vi venir, lo que quise fue defenderme. La aparté con un golpe, fue un empujón", explicó ante el jurado.

El acusado aseguró que, al ver a Juana sin vida tras el empujón, entró en pánico. "Acababa de estar la policía, iban a pensar que fui yo", añadió, justificando por qué no llamó a emergencias, alegando además que no tenía móvil en ese momento.

Pradales ha reconocido que, tras comprobar que Juana estaba muerta, tomó una decisión desesperada: seccionó el cuerpo en dos partes con un cuchillo de la cocina y lo trasladó en dos maletas hasta una finca de su propiedad en Ávila, donde lo enterró. Durante 19 años mantuvo silencio, hasta este martes, cuando por fin ha contado su versión ante el tribunal. Aunque consciente de que sus palabras no borrarán el dolor, ha pedido perdón a la familia de Juana.