"En ese momento
tenía rabia dentro, no sabía lo que hacía", ha sostenido José Javier H.S.,
de 21 años, en la primera sesión de la vista oral del juicio que se sigue en la
Audiencia de Las Palmas por la muerte de René Sendino Saiz, de 27, ocurrida en
la noche del 12 de noviembre de 2015, y por la que el Ministerio Fiscal
solicita que se le condene a 18 años de prisión al considerar que se trató de
un asesinato.
Una tesis que ha
rechazado su abogado defensor, que ha planteado que el procesado en aquellos
momentos "estaba ciego de la ira y no era consciente de lo que estaba
haciendo", debido a que la víctima "no era una persona normal, era
una persona violenta" que, de hecho, "había sido condenada once veces
por la justicia" por distintos delitos, y que le había atacado en
anteriores ocasiones.
Hasta el punto de que
"cada vez que podía le pegaba, cada vez que podía le humillaba", ha
afirmado el letrado, cuyas palabras han querido rebatir el fiscal y el abogado
de la acusación particular ejercida por la familia del fallecido, diciendo que
lo sucedido demuestra que le atacó dispuesto a acabar con su vida.
Algo que han opinado que
podrá comprobar el tribunal jurado constituido para enjuiciar al joven a través
de diversas grabaciones de cámaras de seguridad ubicadas en la gasolinera y en
otros de los escenarios en que se desarrollaron los hechos y de las
declaraciones de numerosos testigos que los presenciaron, ya que el atropello
con que acabó la persecución se produjo ante una cafetería.
Allí uno de sus
empleados y otros ciudadanos salieron a auxiliar a la víctima, que circulaba en
una moto cuando fue embestido por el coche del acusado, y vieron cómo este,
después de haber pasado de largo y detenerse tras colisionar con otro coche que
había en la zona, se bajó de su vehículo, extrajo de él una llave de tubo y fue
hasta donde yacía en el suelo.
Encarado a un rival que
estaba ya inconsciente por las múltiples heridas que sufrió en el atropello y
que fueron, de hecho, la causa de su muerte según lo establecido por el médico
forense que analizó su cadáver, José Javier H.S. "puso una pierna a un
lado del cuerpo, la otra al otro lado y le dio un golpe muy fuerte en la cabeza
mientras le decía hijo de puta", conforme al relato del fiscal.
El cual ha insistido en
que el enjuiciado actuó "con ánimo de acabar con la vida de René" y
empleando el coche que conducía "como arma", y no solo tratando de
plantarle cara para poner fin a los continuos abusos a los que le sometía, como
han sostenido él y su abogado defensor.
Quienes han expuesto que
el fallecido, que era vecino de su homicida y había sido su amigo puesto que
ambos vivían en la zona de San Fernando de Maspalomas, al sur de la isla, había
salido de la cárcel un tiempo atrás y desde entonces le había agredido en
varias ocasiones hasta el punto de que, en palabras del letrado, "Javier
ya no sabía qué hacer".
Puesto que su relación
con René le había llevado años antes, cuando él todavía era menor de edad, a
traficar con cocaína que le suministraba el primero, siete años mayor que él, y
aquel intentó que siguiera siendo su colaborador cuando fue puesto en libertad
pero el acusado, según ha dicho, se negó.
Eso dio lugar a varias
persecuciones y peleas que acabaron culminando en el encuentro del 12 de
noviembre, que el procesado ha reiterado que se produjo contra su voluntad,
porque él "le tenía miedo" a su oponente y "no quería pelear con
él".
Y, como prueba de ello,
ha recordado que su primera reacción cuando René le asaltó por sorpresa en la gasolinera
fue tratar de contactar con la policía para denunciarle a través de una llamada
que hizo al teléfono de emergencias 112. Llamada que, sin embargo, dejó
finalmente a medias para ir a encararse a su rival, que abandonó el lugar en
una moto y fue perseguido por él, procediendo de un modo que, según el fiscal y
el acusador particular, confirman que lo que pretendía era matarle y que, por
tanto, cometió un asesinato.
Para dirimir si es correcta su tesis o, por el contrario, lo es la de la defensa, que ha insistido en que el joven actuó "en un arrebato" que "se le fue de las manos", los miembros del tribunal popular que le juzgarán podrán ver las grabaciones de los hechos y oír las declaraciones de los testigos en siguientes sesiones de la vista, que continúa mañana en la Audiencia Provincial de Las Palmas.