De repente Leonardo Oyola notó que algo le golpeaba la cabeza cuando estaba en el jardín de su casa en Buenos Aires y preocupado por el impacto fue corriendo al hospital. "Sentí un fuerte dolor", ha explicado al medio El Nueve.
Una vez en urgencias, los médicos no le dieron importancia a lo ocurrido y se limitaron a limpiarle la sangre que tenía en la zona y lo mandaron a su casa.
A pesar de que en el hospital le dijeron que no debía preocuparse y que, seguramente, una piedra le había golpeado, Oyola siguió teniendo dolores.
Durante ocho meses, Oyola tomó medicamentos para el dolor de cabeza, sin embargo, no sentía alivio alguno.
Harto de la situación, el joven decidió ir de nuevo al médico y, tras explicar lo que había pasado, decidieron hacerle una radiografía.
Cuando los médicos comprobaron lo que realmente había ocurrido, apenas podían creer lo que veían sus ojos. Leonardo Oyola tenía una bala alojada en el interior de su cabeza, el proyectil perdido había impactado casualmente en él.
Los médicos procedieron a quitarle el proyectil y, afortunadamente, todo ha quedado en un susto, aunque el joven podía haber perdido la vida.
La taberna permanece cerrada
Estudian 44 casos de intoxicación alimentaria por un montadito de pringá de una taberna de Córdoba
Solo tres acudieron a los servicios sanitarios: dos presentaron "coprocultivos negativos" y uno un "hemocultivo negativo". Este último falleció, pero no se ha podido confirmar que esté relacionado con el brote alimentario.