Bajo supervisión
Un juez devuelve a sus padres a la bebé que les quitaron por el pasado de maltrato que sufrió la madre
La otra cara El juzgado ha acordado devolver por el momento la custodia a los padres, pero con un seguimiento semanal. El juez, sin embargo, defiende la actuación de la Consejería.

Resumen IA supervisado
Yumara y Abdel han recuperado a su bebé tras cuatro meses separados, después de que les retiraran la custodia al nacer la niña debido al historial de maltrato y abandono de la madre. Un juez ha ordenado ahora su devolución bajo supervisión semanal de la Consejería de Bienestar Social de Castilla-La Mancha. Aunque el juez sostiene que la intervención fue justificada, sugiere que un procedimiento ordinario sería más adecuado ahora. Además, critica las filtraciones a la prensa de datos personales de la menor. Yumara y Abdel defienden su capacidad para cuidar a su hija, que ya está con ellos.
* Resumen supervisado por periodistas.
Yumara y Abdel ya tienen a su bebé en casa. Los Servicios Sociales les quitaron a la niña nada más nacer, el pasado mes de diciembre, alegando que el pasado de maltrato y abandono de la joven madre la incapacitaba para cuidar a la niña. Ahora, cuatro meses después, un juez ha ordenado entregar a la pequeña a sus padres. Según ha podido confirmar laSexta, se la devolvieron el lunes, bajo supervisión semanal de los técnicos de la Consejería de Bienestar Social de Castilla-La Mancha.
La decisión judicial la ha adelantado el diario 'El País'. En ese auto, al que también ha podido acceder esta cadena, el Juzgado de Instrucción número 1 de Toledo defiende que la Consejería actuó de "buena fe", pero "de forma un tanto precipitada" al incoar un procedimiento de urgencia en vez de uno ordinario de declaración de desamparo, "basado en riesgos potenciales, que los ha habido, como así se desprende del historial de la madre de la menor y del entorno social y familiar".
La Consejería, insiste el magistrado, "con buen criterio, con la más absoluta buena fe, y con el único afán de proteger a la menor, lo único que ha pretendido es proteger a la misma de futuros riesgos, buscando para ella el entorno de protección más adecuado, haciéndolo de forma inmediata y urgente, lo que resulta realmente elogiable". Así, considera que su intervención estaba "totalmente justificada" ante la "potencial situación de riesgo".
El juez no ve una "actuación arbitraria e injusta" y sostiene que el procedimiento se incoó por la vía de urgencia "ajustándose perfectamente a la legislación vigente" y de forma "debidamente motivada y fundamentada". No obstante, a su vez reconoce que "teniendo en cuenta el contexto social y familiar actual de la menor y de sus padres, lo más ajustado y proporcionado en este momento sería seguir un procedimiento ordinario con un seguimiento exhaustivo por parte de Servicios Sociales".
Un seguimiento, abunda, que "permita supervisar que los riesgos potenciales existentes, basados en el pasado de la madre, no puedan traducirse en un peligro real y concreto para la menor, que es lo que justificaría seguir un procedimiento de urgencia", sin perjuicio de cómo se resuelva el procedimiento civil de oposición a la resolución de desamparo y también "sin perjuicio de que los padres acrediten ser aptos para el cuidado de su hija".
Por otra parte, el magistrado reprocha que se han producido filtraciones a la prensa de datos de la vida personal y familiar de la menor "que pudieran ser gravemente perjudiciales para su desarrollo personal y social en el futuro" y que también se han filtrado "conversaciones privadas con las técnicos de la Consejería", por lo que ordena deducir testimonio por si pudieran ser constitutivas de un delito contra la intimidad de la menor.
Cuatro meses sin su bebé
La pesadilla de Yumara y Abdel, de 19 y 32 años, comenzó apenas cuatro días después de que naciera su hija, cuando una asistente social se presentó en el hospital y comunicó a la joven que la pequeña debía permanecer bajo tutela, según el relato de la madre. "Hay una historia previa tuya aquí en protección de menores. Una historia de maltrato y de abandono. Y todo este historial que llevas de vida, hace que, desgraciadamente, las capacidades marentales que tú tengas estén disminuidas o nulas", le trasladó esa asistente.
En su resolución, la Junta alegaba como motivos de su decisión, además de ese historial previo de "maltrato y abandono" de la madre, una "falta de habilidades y capacidades marentales debido al recorrido vital", una "red de apoyo inexistente para el cuidado de la menor" y una "inestabilidad habitacional, económica y laboral".
Yumara, sin embargo, defendía estar "perfectamente capacitada" para cuidar a su hija. Por su parte, Abdel, el padre de la niña, no había sido reconocido en la resolución. Él defendía que tienen los recursos necesarios para ofrecerle un hogar estable y presentó una denuncia. La pequeña, de momento, ya está con ellos.