La víctima, quien interrumpió "en múltiples ocasiones" la relación, permaneció junto al acusado "todo el tiempo" y no lo denunció "por temor a que hiciera algo a sus hijos o a su familia", según recoge la Fiscalía en su escrito.
D.L.C., condenado en 2009 y 2010, se enfrenta a presuntos delitos de maltrato habitual, de lesiones, maltrato contra la mujer con la agravante de reincidencia y maltrato doméstico por los que el Ministerio Público interesa penas que suman diez años de cárcel.
Según el relato fiscal, el procesado comenzó a "menoscabar la integridad física y psicológica" de su expareja a los "tres o cuatro meses" de iniciar la convivencia en 2007.
Así, le habría insultado, atemorizado y golpeado "de forma continúa y en presencia de sus hijos menores".
Resalta que, además de estas situaciones, la víctima "tenía que soportar que le aislara de su familia y amistades" y remarca que, en una de esas ocasiones, también pegó al "niño de tres años, llegando este a orinarse a causa del miedo".