Alejandro tiene parálisis cerebral. Vive con sus padres en una vivienda social del Perchel en Málaga, un primero en el que 32 escalones le separan de la calle. Durante 17 años, ha subido y bajado a hombros de su padre. "Antes era pequeño y más o menos lo manejábamos, pero ha llegado un momento en que ya no podemos", explica Inmaculada Sarmiento, madre de Alejandro.
Además, la casa tiene dos plantas. No solo están limitados para salir a la calle, tampoco pueden usar los dormitorios: "El niño duerme en la cama y nosotros dos abrimos el sofá cama y aquí dormimos".
Desde que nació, han solicitado el cambio a una casa baja. La vivienda debe estar cerca del hospital porque no tienen medios para desplazarse con Alejandro. Esto ha provocado que hayan rechazado las dos únicas viviendas que les han ofrecido en estos 17 años.
La asociación de vecinos del barrio lleva años ayudándoles con comida, pañales y asumiendo las facturas de luz y agua. La Junta de Andalucía se ha comprometido a apoyarles y a localizar esa planta baja que necesitan. Mientras, seguirán cargando a Alejandro escaleras arriba y abajo cada día.