Hace dos semanas varios pueblos de Málaga vivían uno de sus peores momentos, cayeron 317 litros por metro cuadrado en 24 horas en las zonas de Teba o Campillos. Fueron los más afectados por las inundaciones y después de achicar agua, limpiar y estimar los daños, se echaron a la calle.

Pedían ser declarados zonas de emergencia y para ello viajaron hasta el Congreso. La vicepresidenta del Gobierno aseguró la declaración de zonas gravemente afectadas las provincias de Málaga, Sevilla y Cádiz.

"Ayudas extraordinarias y exención fiscal en el IRPF de estas ayudas", afirmó en rueda de prensa la Vicepresidenta.

Pidió lo mismo el pueblo toledano de Cebolla, también gravemente afectado por las inundaciones hace casi dos meses. Ahora, la población cada vez que llueve tiene miedo.

Demetrio Montero fue uno de los afectados, vio cómo la riada pasaba por su puerta y le dio tiempo a subir a la zona más alta de su casa, pero el agua llegó hasta dentro ascendiendo a casi un metro y anegando su hogar.

Él, pensionista y discapacitado, no ha podido hacer frente a todos los daños: "Hemos arreglado todo lo que hemos podido, el agua nos fastidió el lavavajillas y no lo podemos arreglar porque no tengo medios". Asegura que la caridad de sus vecinos ha sido fundamental para seguir adelante.

A Javi, el consorcio ya le ha aprobado una ayuda, la riada se llevó su coche recién comprado. "Tengo que usar el dinero que el consorcio me dé para pagar la deuda de mi coche y luego comprarme uno nuevo", cuenta.

En Cebolla, los daños se han estimado en un millón de euros. El Consorcio se está haciendo cargo de los pagos pero aseguran que todo está yendo de forma muy lenta.