A pesar del impulso de las renovables, la energía nuclear se mantiene como primera fuente de producción de electricidad en España, con una cuota del 22% en 2020. Se trata de una energía limpia que, sin embargo, no está exenta de riesgos. Los grandes accidentes de Chernóbil y Fukushima han frenado su expansión en casi todo el mundo.
"El otro gran problema de fondo es la producción de residuos radioactivos, que después de 70 años no está solucionado", denuncia Raquel Montón, responsable de Energía de Greenpeace España.
En España, las cinco centrales nucleares y siete reactores en activo entraron en funcionamiento en los años 80, y su ciclo de vida previsto inicialmente para 40 años se está agotando. En este sentido, Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, destaca que "continuamente se está invirtiendo en las centrales nucleares para mantenerlas mucho mejor que antes". "De hecho, se han concedido licencias de operación a algunas de las unidades que van a funcionar más allá de los 40 años", ha subrayado.
Las nucleares piden viabilidad económica, pero su suerte parece echada: "Existiendo las renovables, vamos a acelerar cuanto más podemos el proceso para cerrar las nucleares", advierte Raquel Montón.
En 2020, la suma de las renovables ha producido el 43% de la electricidad, un porcentaje que seguirá creciendo. "Tenemos el caso de las centrales de biomasa. Son centrales que aportan firmeza. Y, en todo caso, contamos con otras renovables, como son la energía eólica o la energía solar fotovoltaica. Ya estamos avanzando tecnológicamente en poder almacenar esa electricidad", destaca José María González, director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables.
El Gobierno espera que las renovables alcancen el 74% del mix energético en 2030 y el 100% en 2050, objetivos que implicarán una inversión de 90.000 millones de euros y crearán más de 100.000 empleos durante la próxima década.