El juez ha dictado prisión provisional para el exsacerdote David Vargas, detenido por múltiples estafas a ancianas a las que engatusaba para que le cedieran dinero, joyas, obras de arte y casas. El juez ha considerado esta medida cautelar tras saberse de sus planes para huir a Brasil.
Definido por los Mossos como "excura, facha y estafador de abuelas", fue el párroco de la localidad de Sant Vicenç de Castellet, en Barcelona, hasta que fue expulsado del sacerdocio por unas fotografías suyas en actitud erótica con un joven desnudo.
A pesar de ello, él siguió fingiendo ser cura para engatusar a abuelitas y sisarles grandes cantidades de dinero y bienes. Su 'modus operandi' era claro: continuaba vistiendo de sacerdote y visitaba a ancianas en asilos para engatusarlas.
Los investigadores encontraron en uno de los pisos que puso a su nombre la friolera de 3,5 millones de euros en efectivo, numerosas joyas, obras de arte, lingotes de oro e incluso un arma de fuego. De hecho, preguntado por el juez sobre esa ingente cantidad de dinero, su respuesta fue del todo increíble: "Tengo buena mano para la inversión. Soy muy ahorrador".
La investigación a este hombre se inició después de que las familias de varias víctimas denunciaran los hechos. Los casos empezaron a acumularse y las pruebas también, hasta que el propio estafador se sintió presionado por la Policía. Fue citado ante el juez e incluso intentó suicidarse lanzándose por un puente en Barcelona. No consiguió su objetivo pero se fracturó la cadera y los dos fémures. Una vez recuperado fue detenido por los Mossos.
Hay múltiples casos pero este vienes ha trascendido uno que llama especialmente la atención: la estafa a una anciana de 101 años a la que visitaba una vez expulsado de la congregación religiosa haciéndose pasar por cura. El delincuente consiguió poner a su nombre una casa en Barcelona.
También estafó a una anciana de 91 años mediante engaños y coacciones y consiguió que le entregara altas cantidades de dinero, joyas y obras de arte.
A medida que se ha ido indagando sobre sus maquinaciones de los últimos años, se ha sabido que, al menos, otras tres ancianas sucumbieron a su manipulación y pusieron a su nombre, de forma gratuita, inmuebles y terrenos en diversas poblaciones de Cataluña. La cifra de afectadas, según la policía se puede multiplicar de forma exponencial.
David Vargas, vida de cura marcada por el conflicto
David Vargas, de 45 años, fue el párroco de la barcelonesa población de Sant Vicenç de Castellet, durante seis años. En este periodo, se caracterizó por varias cosas: en primer lugar, por sus acercamientos y su mano izquierda para con las ancianas feligresas. Por otro lado, sus continuos enfrentamientos con parte de la parroquia y con el ayuntamiento (de marcado carácter catalanista). Sus ínfulas españolistas y arengas anticatalanas, enervaron incluso a los católicos más fieles de la población.
Tras diversas quejas, el obispado de Vic, del que depende dicha parroquia, tomó cartas en el asunto. Y no lo hizo por la polémica conducta del sacerdote, sino por la denuncia que un anónimo presentó contra él, en la que se le podía ver en actitud erótica, vestido con un albornoz, junto un joven desnudo. Una foto realizada en un piso de Barcelona por un amigo del cura. Fue fulminantemente expulsado de la Iglesia. Sin embargo, David Vargas siguió con sus tejemanejes para engañar a pobres ancianas que habían depositado en él la confianza que no pocas feligresas de avanzada edad depositan en la figura del párroco de su población.