Fernando Cuesta tenía 65 años y padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA). En 2019, le comunicó a su familia que quería viajar a Suiza para recibir el suicidio asistido. Su hija, Belén, cree que habría sido "mejor hacerlo en España": Ya que estás sufriendo, al menos facilitar esa parte". Fernando no fue el único. Jordi Rodríguez tomó la misma decisión; una voluntad que plasmó en una carta en la que aseguraba: "Siento en mi fuero interno que ya no me queda más vida".
Joan Alquézar, yerno de Jordi, ha explicado en lasexta cómo fue el proceso de suicidio asistido: "Se sentó en un sofá. Sus dos hijas estuvieron a su lado, le dieron el medicamento y en 30 segundos Jordi murió, feliz". En Suiza no es legal la eutanasia, pero sí el suicidio asistido, incluso para personas que no son residentes en este país. Una práctica que también está permitida en Alemania, un estado de Australia y nueve en Estados Unidos.
"La diferencia entre eutanasia y suicidio asistido es muy importante. Que el médico te inyecte él mismo, por una vía, el medicamento letal, o que el médico te haga la receta y te lo tomes tú", ha explicado Loren Arseguet, secretaria de la Asociación Federal por el Derecho a Morir Dignamente. En el caso de la eutanasia, sólo está regulada por ley en cuatro países: Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Canadá.
En Colombia cuentan con una autorización del Tribunal Constitucional. Es decir, no está penalizado si es un enfermo terminal. "Las más avanzadas son Holanda y Bélgica, y España vendría inmediatamente después de ellas, la tercera. Después de España vendría Canadá", ha apuntado Arseguet. La gran diferencia entre la norma española y la holandesa o la belga es el control del proceso. Mientras en estos dos países se realiza al final, en el nuestro se ha establecido una comisión antes de realizarse la eutanasia y otra después.
"Puede ser un problema. Esas comisiones son nombradas por las comunidades autónomas, y cada una puede nombrar la comisión a su manera y provocar disparidad entre territorios", ha valorado la secretaria de la Asociación Derecho a Morir Dignamente. Holanda contempla los casos de demencia y Alzhéimer en caso avanzado siempre que haya testamento vital. En Bélgica, la decisión debe tomarse en un estado moderado, con plenas falcultades de los pacientes. Allí, el testamento vital solo puede usarse en casos de coma irreversible.