Para la asesora jurídica de Juana Rivas es un error que su caso haya saltado a la vía penal. "Un paso más en el cúmulo de despropósitos que efectivamente un juzgado está realizando desde hace unos meses", afirma Francisco Granados, asesora jurídica de Juana Rivas.
Porque ilocalizable como está, su portavoz asegura que no ha recibido la notificación por la que tendrá que comparecer junto a su expareja el próximo día ocho, pese a ello, está segura de que se encuentran en buen estado.
"Conociendo a Juana como la conozco, puedo garantizar que Juana y sus hijos están bien", comenta Granados. De momento no hay orden de detención para Juana, pero si el día ocho no acude a la cita judicial, la Guardia Civil tendrá orden de buscarla.
Mientras, el juzgado investigará si incurrió en un delito de secuestro o sustracción de menores como la acusa el abogado de su expareja. En su escrito a la jueza, el padre de los niños alega, además, que Juana presenta un desequilibrio emocional que pone en riesgo a sus hijos.
Juana, sin embargo, cree que el peligro es el padre, al que denunció por malos tratos, una vez ya en España y no en Italia. Ese fue el error de Juana para los expertos en derecho internacional penal. "Ahora se ve Juana perseguida por su agresor, la justicia española, la italiana... es rocambolesco del todo. Lo que se debe es tramitar esa denuncia que se ha interpuesto en España, darle agilidad...", dice Nuria Granda, abogada experta en derecho penal internacional.
Es un caso que recuerda al de Helena de Pedro, separada de un portugués y al que la justicia lusa concedió la custodia de los niños. Un juzgado de Madrid acató esa resolución y los niños fueron devueltos a la fuerza a Portugal con su padre, denunciado por maltrato.
Algo parecido le ocurrió a Isabel Monrós cuando se trajo a sus tres hijos a España, incumplió el régimen de visitas que la obligaba a compartir a sus hijos con su expareja, residente en méxico donde tuvo que volver para poder verlos.