En la Semana Santa de 2018, la tecnología se cuela bajo los pasos. Con un aparato conectado a un móvil los costaleros están monitorizados. "Puedo saber el pulso más alto, el más bajo, el medio, cuanto se inclina el cuerpo, al igual que la saturación de oxígeno en sangre", explica Montserrat Altemir, coordinadora general del Centro de Atención Costalero de Andalucía.
El esfuerzo y la emoción de esta tradición se acaba traduciendo en cifras. "Curiosamente, en el momento en que ha saludado a la virgen, es ahí justo cuando ha subido el pulso, se habrá emocionado o el esfuerzo ha sido mayor", detalla Altemir.
Toda esta información la recibe el capataz, que podrá saber cuánto están trabajando los costaleros y le servirá también para evitar problemas de salud. "Las nuevas tecnologías y la Ciencia tiene que llegar también a este mundo", señala éste.
Mientras llega la tecnología, los costaleros pueden servirse de métodos más tradicionales para aliviar los dolores después de las procesiones en centros de atención, distribuidos por toda Andalucía, en los que reciben sesiones de fisioterapia completamente gratuitas.
Métodos avanzados, que no siempre son agradables como confiesa un usuario, pero que se acaban agradeciendo. "Me están dejando relajado", confirma otro de los usuarios. Entre las lesiones más habituales se encuentras las contracturas, los esguinces y los problemas circulatorios, pero nada de eso evita que los costaleros sigan levantando los pasos cada Semana Santa.