La fiesta en Pamplona es tan famosa que incluso las personas que no son españolas no se han perdido ni un encierro. Algunos de ellos llevan viniendo los últimos 30 años a una fiesta que es considerada como un fijo en el calendario, casi como una obligación.

Uno de los casos es Stefan, es un sueco que lleva toda su vida llendo a sanfermines, la primera vez fue con sus compañeros de universidad en autobus. "Empezamos en el año 67, llegando como un grupo de muchachos", afirma.

Una vez en Pamplona, Stefan se desata y se atreve con las palmas y con lo que haga falta. Forma parte de una peña sueca, según dice él "la peña con más alegría". Además, es tal su pasión por los toros que se ha comprado una casa en la calle Estafeta.

Ana es una mujer que también lleva décadas viniendo a San Fermín, allí ha conocido a su marido, con el que se casó en el año 75. Mismo ejemplo es Larry, al que también le esperan sus amigos en Pamplona. Afirma que "sus mejores amigos que tiene de toda la vida, los ha conocido en Pamplona" a lo que añade que "lleva viniendo cuarenta años ya".

Cada día se levanta a las seis de la mañana para correr el encierro. Pero asegura que el tiempo no es una excusa para no participar. "Ya no tengo 25 años, tengo 66 pero todavía se puede", asegura.

Todos reconocen que no importa los años que pasen. Para todos ellos las fiestas de San Fermín están marcadas en el calendario como una fecha que no se pueden perder, casi como una obligación.

Tal es la pasión de Stefan, que hasta ha intentado llevarlos a Estocolmo, asegura que "la propuesta ha llegado a la mesa del Primer ministro" pero ha dicho que 'no'.

De momento tendrán que seguir conformándose con disfrutar de esta aclamada fiesta todos los años en España, una fecha a la que no dudan en asistir.