Un torrente de agua toma Sant Llorenç. La corriente arrastra los coches aparcados en la calle y lo que es peor, también a los que circulan con gente dentro. De los muertos, varios fueron sorprendidos mientras conducían.
Pero la tormenta no para. Después de cuatro horas, el agua comenzó a entrar en las casas por puertas y ventanas. Los vecinos, que hasta ahora grababan sorprendidos, entran en pánico.
Varias personas intentan huir de sus casas, inundadas, y se las lleva la corriente. Al caer la noche ya habían caído 232 litros por metro cuadrado, la mitad de ellos en sólo una hora.
Los servicios de Emergencias todavía siguen buscando gente: 80 militares de la UME, y otros 300 entre Guardia Civil, bomberos y vecinos.