La defensa del dueño de la finca ha señalado como único responsable al pocero. Primero por no pedirle la licencia que exige la Ley de Aguas de Andalucía para realizar la obra, una licencia que debería haber gestionado el propietario, pero para la que necesita dos documentos que debe aportar el pocero: el certificado de aptitud para ejecutar el pozo, y la calificación empresarial de la empresa ejecutora.
"No puede decir que pensaba que este señor contaba con la licencia, si no le ha entregado previamente los documentos, nunca puede haber tenido esa licencia", ha explicado Antonio Flores, abogado del dueño de la finca.
También le consideran responsable de no haber sellado el pozo, aunque el pocero insiste, él sí lo dejó tapado. pero la defensa dice que de ser así, además, hubiese incumplido la normativa que exige otro tipo de sellado. "Los pozos hay que rellenarlos completamente y en sus últimos tramos pueden pedir que sea hormigón entero hasta abajo", explica Jesús Flores, arquitecto.
Y en cuanto a una posible acusación de homicidio imprudente, dicen que nadie se imaginó que algo así pudiese ocurrir. Y que, además, no se puede encontrar precedente en el mundo de un accidente parecido.