Con el convoy detenido, al menos 12 grafiteros con las caras tapadas comienzan a pintar los vagones a toda velocidad.

Tras recibir la voz de alarma, cuando los vigilantes de seguridad llegan hasta el lugar junto con los Mossos, los responsables de este ataque vandálico echan a correr y consiguen escapar de ellos huyendo a través de las vías.

Los hechos han ocurrido en la estación de la Sagrera en un metro en el que no había pasajeros porque se encuentra en pruebas.

Para Transports Metropolitans de Barcelona, los ataques de estas características son el principal problema en el ámbito de la seguridad.

No es la primera vez que ocurre

Este tipo de actos no forman parte de un hecho aislado en el metro de Barcelona, el pasado noviembre un grupo de grafiteros agredió a varios pasajeros entre los que había una embarazada.

En esa ocasión, un grupo formado por 34 grafiteros tiró del freno de emergencia de un tren de la línea 4 en la estación de Maragall. Tras detener el convoy, algunos pasajeros mostraron su indignación con los grafiteros y fue ese el detonante de la respuesta violenta.

La mujer embarazada fue rociada con pintura y dos personas fueron golpeadas en la cara y sacudidas.

Metro de Barcelona