laSexta acompaña a Raúl Hernández, concejal de Feminismo y Diversidad del Ayuntamiento de Fuenlabrada, en su visita a algunos de los puntos que han sido atacados con pintadas. "Ha ocurrido en seis espacios de la ciudad: cuatro son edificios municipales, uno de ellos es el Centro para la Igualdad 8 de Marzo; otro ha sido la Casa de la Mujer, donde están los servicios contra la violencia de género", detalla Hernández.
Aunque ya se han eliminado las pintadas, hace tan solo unos días la imagen era muy diferente. "Los edificios habían amanecido con pintadas en las que ponía la palabra 'feminazi'. Además aparecían esvásticas dentro de los símbolos que normalmente se relacionan con la mujer y la lucha feminista", denuncia el concejal Raúl Hernández.
Insultos y pintadas en centros donde se lucha contra la violencia machista. "Al final, este discurso alimenta a la gente ignorante, a la gente que no cree en la igualdad, para que cometa este tipo de actos", lamenta Hernández. Unos ataques que también ha sufrido esta misma semana la redacción de la revista feminista 'Pikara'.
"La violencia no tiene género. Nos pusieron debajo 'Putas de Soros'", nos cuenta Andrea Momoitio, una de las coordinadoras de la revista. No es la primera vez que les ocurre algo así: "Estamos recibiendo de manera demasiado habitual visitas de un grupo de extrema derecha que ha tomado a bien querer dejarnos sus mensajes en nuestros escaparates".
Momoitio asegura que la extrema derecha no es capaz de soportar ni el avance ni la fuerza, ni tampoco los cambios sociales del movimiento feminista. A pesar de haberse convertido en la diana de ataques así, no tienen miedo. "Nos sentimos muy protegidas en este barrio, muy acompañadas en esta ciudad", responde, contundente, la coordinadora de 'Pikara'. Porque ninguna de todas estas pintadas, según asegura, hará que dejen de luchar por el principio fundamental del feminismo: la igualdad.
Arrestado en Murcia
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Estaba acusado de un asesinato cometido en 2009 en Talavera de la Reina (Toledo). Tenía pendiente cumplir una condena de 15 años. Se ocultaba junto a su mujer entre grandes medidas de contravigilancia.