Los vecinos de Ons saben que viven en un paraíso en pleno Atlántico y lo quieren proteger, pero se niegan que la declaren Patrimonio de la Humanidad. "No queremos más restricciones", dice María José Pérez, presidenta de la Asociación de Vecinos de Ons.
El problema son los cupos: a las isla solo pueden entrar 1.300 personas al día. La mayoría de los vecinos viven en la península, pero al regresar a sus casas isleñas ahora les piden un carnet y no entienden por qué.
Lola Vidal trabaja en el restaurante de su familia y nos explica que con el carnet pueden entrar libremente padres, hermanos o hijos, pero no sobrinos y otros familiares. "No puedo traer a un primo que para mí es un hermano, que nació aquí dentro", cuenta.
"Ya no estamos hablando de amigos, hablamos de familiares. Nuestra familia política no puede acompañarnos a Ons", explica Maria José.
Los vecinos de Ons no entienden por qué parte de sus familiares, y también conocidos, tienen que venir en barcos llegando como turistas a sus casas. El alcalde de Vigo los apoya, pero la Xunta de Galicia lo tilda de 'localista'.
Con un solo paseo se ve el enfado de los vecinos de Ons. Pancartas en contra de la declaración como Patrimonio porque temen que la Unesco sea todavía más restrictiva.
Desde el Ayuntamiento de Bueu piden que los isleños puedan entrar y salir libremente. "No aceptaríamos una declaración de Patrimonio de la Humanidad con Ons si no se respeta, si no se tienen en cuenta, los derechos de las personas", establece Félix Juncal, alcalde de Bueu.
Ahora, los vecinos visten unas camisetas negras donde pone 'Ons. En loita' ('Ons. En la lucha') hasta que los escuchen.