Es la primera vez que se enfrentan cara a cara a periodistas y público. Y se lo habían preparado. 'El militar', 'el guardia civil', 'el Prenda', 'el peluquero' y A.B. iban casi de comunión: camisa, jersey, mocasines y repeinados.

Los miembros de 'La Manada'

El aspecto del 'militar' es muy distinto al que mostró aquel día por las calles de Pamplona. Cuando ve a los dibujantes trabajando en la sala se enfada, se lo cuenta al 'guardia civil' y piden que les enseñe el boceto.

El coche de la Policía que conduce a dos de los cinco acusados de 'La Manada'

Al 'militar' le gusta y sonríe, mientras que 'el guardia civil' se enfada. Por su profesión, no quiere que nadie le reconozca en la cárcel.

'El Prenda' es el que más ha cambiado: ha adelgazado unos 30 kilos en prisión. El acusado bosteza mientras la acusación habla de lo que hizo esa noche. Pero también sonríe y niega con la cabeza.

'El Prenda' mantiene su versión sobre los hechos ocurridos en San Fermín

'El peluquero' luce tantos nervios como gomina en el pelo. Se lleva varias veces las manos a la cabeza al oír a la acusación.

El único impasible es A.B. Mientras los demás ríen y charlan, él mira al frente, callado. Él no pertenecía a 'La Manada'. Esos Sanfermines eran un intento de ser aceptado en este grupo, al que sin duda, desearía no haber pertenecido jamás.