Fuentes de la investigación relatan que poco antes de las 22:00 horas se recibió la llamada en el cuerpo policial, al que perteneció el padre de los niños durante varios años.
Una llamada que sólo duró unos segundos y en la que el agente que cogió el teléfono reconoció la voz del que había sido su compañero de cuerpo.
La llamada, no obstante, se realizó desde un teléfono que no es el del exagente, aunque los intentos de volver a comunicar con ese número durante la noche han sido infructuosos.
No obstante, los agentes confían en que una vez que se cuenta con esta pista se pueda localizar al padre de los niños y a los menores, de nueve y 10 años, que tendrían que haber sido entregados en un punto de encuentro de Granada el pasado 30 de diciembre, lo que fue denunciado por la madre ante la Policía Nacional.
La madre trasladó en su día su residencia a la capital granadina con el fin de alejarse del padre de sus hijos, sobre el que pesa una sentencia firme del Juzgado de los Penal número 6 de Sevilla y ratificada por la Audiencia que le condena a dos años de prisión por un delito de maltrato habitual y a 10 meses de cárcel por un delito de maltrato en el ámbito familiar en presencia de menor.
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Además sobre el padre de los dos menores pesa una orden de alejamiento de su expareja, vigente hasta septiembre de 2022, mientras que tampoco puede visitar ni residir en Alcalá de Guadaíra por una orden de destierro en este sentido.
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