El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha elevado a 60 las denuncias que ya analizan las Fuerzas de Seguridad con el objetivo de determinar "qué hay detrás": si se trata de un fenómeno de sumisión química para cometer un delito o si lo que se persigue es crear una "sensación de inseguridad".
Grande-Marlaska ha garantizado en una entrevista en TVE que los diferentes cuerpos policiales trabajan coordinados para "concretar y comprobar" si esos pinchazos buscan "la inoculación de sustancias tóxicas" para someter a la víctima y cometer un delito, fundamentalmente de carácter sexual.
Pero también para determinar "si hay otra voluntad detrás, como la de intentar trasladar una situación de inseguridad" y, sobre todo, "amedrentar a un colectivo" con un "discurso absolutamente machista de tratar de sacar al 50% de la población, a las mujeres del espacio público", ha subrayado el titular de Interior.
"Estamos trabajando en hacer un estudio individualizado de estos supuestos para determinar a qué obedecen", ha añadido. El ministro ha instado a las víctimas, "esencialmente mujeres", para que, ante la "mínima creencia de haber sido objeto de un pinchazo, lo denuncien" y vayan a un centro de salud porque "hay tóxicos que son de muy rápida absorción".
"Esa conducta ya es delictiva", ha enfatizado Grande-Marlaska al recordar que el pinchazo ya constituiría un delito de lesiones con la circunstancia agravante de género. Después, ha dicho, se podrá determinar si ha habido inoculación con otra finalidad específica y si se puede ampliar la imputación.
El ministro ha recordado que la sumisión química no es algo nuevo, y que las Fuerzas de Seguridad trabajan desde hace "mucho tiempo", con modificaciones legislativas para incrementar la respuesta penal.