A lo largo de 2017 un total de 102.341 parejas decidieron separarse e interrumpir su convivencia, una cifra que se mantiene prácticamente estable con un aumento del 1% respecto al año anterior.

De ellas, 97.960 fueron divorcios, un 1,2 % más; 4.280 separaciones, que descendieron un 1,7 %; y 100 nulidades, con una caída del 14,5%, según la Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios correspondiente a 2017 y difundida por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En las separaciones de las parejas con hijos su custodia recayó en la madre, en un 65 % de los casos; en el 30,2 % fue compartida; solo en el 4,4 % fue asumida por el padre; y en el 0,4 % se otorgó a otras instituciones o familiares, porcentajes similares a los de 2016.

La pensión alimenticia se asignó en el 57 % de las rupturas y recayó en el padre en el 71 % de estas. Lo mismo ocurre con la pensión compensatoria que, aunque solo se fijó en el 10 % de los casos, en casi todos ellos el pago le correspondió al esposo. En el 43 % de los casos las parejas que se rompieron no tenían hijos y en el 46 % tenían solo menores de edad. Algo más de una de cada cuatro parejas que se separó solo tenía un hijo.

Las cifras difundidas reflejan que en España 2,2 de cada mil habitantes se separan tras permanecer juntos una media de 16,6 años, con importantes diferencias que van desde los 6,5 años que pasan juntos de media las parejas que se disuelven por nulidad, los 16,4 años de las que se divorcian y los 22,7 años de las que se separan.

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En el caso de las separaciones, el 53 % de las parejas tuvo una duración de 20 o más años, y el 13,4 % entre 10 y 14 años. Entre las parejas heterosexuales la edad media de quienes se divorciaron era de entre 40 y 49 años, la misma que la de las mujeres que optaron por separarse mientras que, en este caso, la de ellos fue de entre 50 y 59 años.

Según estos datos, la edad media de las mujeres cuando se rompe su pareja es de 45 años y de 47,4 años la de ellos.