Un total de 2,1 millones de personas en España viven con la incertidumbre de quedarse sin vivienda; un 4% de los hogares, según revela el VIII Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, que constata un "enquistamiento" de la exclusión social y refleja que la vivienda se ha convertido en el principal factor para caer en ella. Baleares, por su lado, es la tercera comunidad autónoma con la exclusión social más elevada, tras Canarias y Extremadura.
El estudio, que ha sido presentado en la sede de 'Cáritas' española, en Madrid, ha sido elaborado por la 'Fundación Foessa', de 'Cáritas', en concreto por un equipo de 125 investigadores de 30 universidades y 13 organizaciones de investigación, y se basa en una encuesta a 29.000 personas de 11.600 hogares.
De los datos se desprende que un total de 8,5 millones de personas en España están en situación de exclusión social, un 18,4% de la población (casi 7 puntos menos que en 2013) pero todavía son 1,2 millones más que antes de la crisis.
Además, de ellos, 4,1 millones sufren exclusión social severa y más de 1,8 millones forman el grupo de "expulsados" que "acumulan tal cantidad de dificultades y de tal gravedad que exigirían de una intervención urgente". Son el triple que en 2007, cuando estos "expulsados" de la sociedad eran 600.000.
"La exclusión social se está enquistando. Son un 18,4%, 1,2 millones más que en 2007. Esa es la resaca de la crisis, es lo que denominamos la sociedad estancada, un grupo de personas para el que el ascensor de la movilidad social ya no funciona, y no es capaz de parar ni en la primera planta", ha explicado el coordinador del informe, Guillermo Fernández.
La vivienda se ha convertido por primera vez desde antes de la crisis en el principal factor para caer en la exclusión, como consecuencia de la subida del precio de los alquileres, que en los últimos dos años se ha incrementado en un 30%.
Adelanta así al desempleo que en los últimos años era el primer factor y que se sitúa en segunda posición. Según el informe, el 14% de las personas que trabajan están en situación de exclusión social y uno de cada tres contratos temporales dura menos de siete días.
Fernández también ha precisado que el empleo precario y las dificultades con la vivienda suelen ir unidos. "La mezcla de la baja calidad del empleo y los altos costes de la vivienda es un pack mortal para la gente en situación de exclusión", ha avisado.
En cuanto al perfil de las personas en exclusión, los responsables del estudio no quieren trazar uno que invisibilice algunas realidades. En todo caso, apuntan que, por ejemplo, las familias con niños a cargo están "más expuestas" a la exclusión social.
En concreto, de los datos se desprende que el 33% de las numerosas y el 28% de las monoparentales se encuentran en esta situación.
Asimismo, evidencian las "desventajas" de las mujeres destacando la brecha de ingresos en el empleo y en las prestaciones con un "mayor riesgo de empobrecimiento y un acceso más precario a la vivienda".
Además, ponen de relieve que la exclusión social tiende a duplicarse en las personas con discapacidad y que el 8,8% de la población ha dejado de comprar medicinas o seguir tratamientos por problemas económicos.
En el lado positivo, el informe muestra que un 48,4% de la población española está en el grupo de la sociedad integrada, es decir, que no tienen dificultades para sobrevivir y llevan una vida digna en términos materiales. Este porcentaje supone una recuperación a los mismos niveles que antes de la crisis, según los autores del estudio.
Si bien, detectan como novedad que dentro de esta sociedad integrada se está produciendo una reconfiguración en dos grandes sectores: un primer grupo mayoritario que denominan "la sociedad de las oportunidades", que integra a dos tercios de la población; y un segundo grupo que han llamado "la sociedad insegura" en el que están 6 millones de personas.
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