Unas 60.000 crías y 6.000 machos de lobo marino son masacradas en Namibia cada año. Esta matanza, que tiene lugar en las reservas donde las crías son cuidadas por sus madres hasta cumplir un año, es llevada a cabo en una zona abierta al turismo.
Miles de crías son apaleadas mientras intentan huir hacia el agua cada año, entre julio y noviembre, según informa la organización sin ánimo de lucro 'Ocean Sentry'. Se conoce como caza de lobos marinos pero, en realidad, se trata de una matanza: los animales no tienen ninguna posibilidad de salir vivos, ni de defenderse, al igual que ocurre con la caza de focas canadienses.
Tras la matanza, la reserva se encarga de limpiar los restos de sangre para abrir sus puertas de nuevo al turismo. "Esta atrocidad es tan violenta y aterradora que las crías suelen acabar vomitando la leche materna", según explica 'PETA', una organización protectora de los derechos de los animales. “El principal motor que fomenta esta masacre es la avaricia: un puñado de gente lucrándose de la exportación de pieles de crías de lobo marino", añade.
Además de las crías, se matan aproximadamente unos 6.000 machos de esta especie, cuyos genitales se venden como afrodisíacos en algunos países asiáticos. La especie, que hasta la fecha no está amenazada, podría llegar a estarlo si este tráfico de pieles sigue sin controlarse.