Hasta 137 días con sus 137 sus noches en vela y pendientes de los médicos pasó Koro cuidando de su hijo Alan en el hospital. "Cuando entras no sabes cuántos días vas a estar, con lo cual la incertidumbre es constante", cuenta.
Le habían sometido a un trasplante de corazón y todo el proceso, casi cinco meses ingresado, lo cuenta ahora en un libro. En este sentido, Koro Cantabrana afirma: "Escribía todo lo que había pasado muy rápido para no tener que quedarme en el sufrimiento".
Pese al dolor de volver a recordarlo todo, su objetivo es ayudar con su testimonio a otras familias con pacientes hospitalizados.
Cuando la gente conoce la historia de Añan, le llenan de abrazos. Koro dice que el niño compró una radio para el momento en que fuera al hospital. "Cuando nos llamaron cogió la radio y dijo: 'Ya estoy preparado'", señala. La música era lo único que Alan necesitaba.
Su madre cuenta, al verlo recuperado, que de esa experiencia solo recuerda ya los buenos momentos, como "el momento en el que abre por primera vez los ojos, el momento en el que pide que le traigan comida y pide un chuletón", o el momento en el que le dijeron que ya podía volver a casa y su familia dejó de tener "el corazón en un puño".