Condenado a nueve años de cárcel

El 'modus operandi' del guía turístico sevillano: estudiantes extranjeras a las que agredía en su último día de viaje

¿Qué ha pasado? El guía turístico de Sevilla que agredió sexualmente a tres mujeres estadounidenses ha sido condenado a nueve años de prisión. Las pruebas periféricas han logrado obtener con certezas el perfil de depredador sexual del condenado.

El responsable de una empresa de viajes de Sevilla que ejercía como guía turístico y que ha sido condenado a nueve años de cárcel

Este miércoles hemos conocido la condena a Manuel Blanco, guía turístico de una empresa de viajes de Sevilla, a nueve años de cárcel por agredir sexualmente a tres estudiantes americanas en Marruecos y Portugal. La Audiencia Nacional no solo no ha rebajado la condena solicitada por la Fiscalía, sino que además ha exigido una indemnización económica para las víctimas.

La condena ha sido posible por el patrón de conducta del condenado que se describe con detalle en la sentencia. En dicho patrón, se establece que las victimas siempre eran estudiantes extranjeras, concretamente norteamericanas, que elegían su agencia para viajar. Primero establecía una relación de confianza con ellas siendo amable y mostrando conocimientos de las ciudades a las que viajaban para, posteriormente, agredirlas el último día del viaje para dejarles menor posibilidad de reacción para poder denunciar lo sucedido.

Jugaba en contra el tiempo que había pasado de las agresiones y que no había pruebas de cargo, como por ejemplo pruebas forenses de la agresión sexual. En este caso, han sido clave las pruebas periféricas, como testimonios en primera persona de las víctimas o de peritos y policías, para trazar el patrón de depredador sexual.

Blanco llevaba nueve años trabajando como guía turístico y hay 30 testimonios similares a los recabados de las tres víctimas del condenado. En uno de sus viajes, que tuvo lugar en noviembre de 2013 en Marruecos, el acusado, según describe la sentencia, agredió sexualmente a una de las estudiantes en una habitación del hotel en el que se alojaban. La víctima relató los hechos años más tarde, concretamente en 2018, durante unas jornadas en la Universidad de Florida, a lo que se sumaron otras estudiantes, lo que motivó que la joven acudiera a denunciar los hechos ante el cónsul general de España en Miami.

Las otras dos jóvenes americanas sufrieron la agresión durante un viaje a Portugal también organizado por la agencia de viajes del acusado, en mayo de 2017, hechos que denunciaron nada más volver a España. Respecto a la tardanza en denunciar los hechos de la primera joven, cinco años, la Audiencia señala que este hecho no le resta credibilidad.