La rebelión que han realizado las monjas clarisas de Belorado contra la Iglesia Católica les puede salir muy cara porque la propia Iglesia tiene la potestad de echarlas de su monasterio.

Es una decisión que pueden tomar desde el momento que han renunciado a la tutela eclesiástica de la Iglesia Católica, pero es una medida que José Beltrán, director de 'Vida Nueva', explica que no es inminente: "Se va a intentar dilatar lo máximo posible esa medida taxativa de expulsión".

No lo es porque, en estos casos, se busca un intermediario para que recapaciten. En una nota de la Conferencia Episcopal esta semana ya se indicaba esta opción: "Pedimos la apertura de todas las hermanas de la comunidad al diálogo con obispos, sacerdotes, personas consagradas, hermanos y hermanas de la Iglesia Católica".

Sin embargo, si siguen sin llegar a un acuerdo, se procederá a su excomunión y a su expulsión del monasterio: "Primero se toma un apercibimiento oficial, una amonestación en la que se les avisa de las medidas coercitivas y finalmente el proceso de excomunión".

Un proceso que parece lejano, pero que se puede acelerar si se convierten en un problema para la Iglesia. Y si las expulsan pierden el convento, que pasaría a manos de una entidad jurídica superior, la Orden de Clarisas del Norte.

Lo que supondría dejar vacío un nuevo monasterio y generar un problema a la Iglesia, ya que son inmuebles poco rentables. De hecho, muchos están protegidos, en mal estado y en lugares aislados. Y cada año se cierran una media de 20 monasterios. En la actualidad hay 712. En 2017, había más de 800.