El abad de Montserrat, Josep Maria Soler, ha vuelto a pedir perdón y ha anunciado que hará un nuevo protocolo de protección de menores tras asumir el informe de la comisión que ha certificado que el anterior abad no actuó contra el monje Andreu Soler pese a los rumores sobre sus repetidos abusos.
Tras hacer público hoy el informe de la comisión independiente, que ha comprobado que Soler fue un "depredador sexual" que abusó de menores durante años, entre 1972 y 1999, sin que la abadía actuase, el abad ha hecho suyos los resultados de la comisión independiente.
"Ante estos casos vergonzosos de abusos a menores cometidos por miembros de nuestra comunidad, pedimos perdón a todas las víctimas y nos ponemos a su disposición, como hemos hecho en todo momento, para ayudarles en su dolor y sufrimiento", ha señalado el abad en un comunicado.
Dos nuevos casos de abusos de otro monje
Sobre los dos nuevos casos de abusos perpetrados en 1968 por otro monje que era el responsable de la Escolanía, el abad ha subrayado que "si bien no eran conocidos por la comunidad de monjes actual, fueron resueltos de manera firme y resolutiva por quien en aquel momento era el responsable del monasterio, el abad Cassià M. Just, de acuerdo con los criterios y las posibilidades de hace más de cincuenta años".
Siguiendo las recomendaciones de la comisión y para evitar que hechos como estos vuelvan a ocurrir en Montserrat, el abad ha anunciado que ya han comenzado a elaborar un plan de protección de menores "que aumentará y mejorará los mecanismos de prevención y detección existentes actualmente".
También ha anunciado que en breve nombrará un Delegado permanente de protección de menores, que será un profesional externo al monasterio. El abad Josep María Soler ha informado de que enviará los resultados de este informe a la Fiscalía, al Defensor del Pueblo y a los organismos competentes de la Santa Sede y de la Congregación benedictina.
El religioso ha vuelto a condenar "de manera absoluta cualquier tipo de abuso a menores" y ha reafirmado el compromiso de la congregación "de luchar con firmeza contra una problemática tan grave que afecta a toda nuestra sociedad". El abad tiene previsto volver a hacer un acto de constricción y de perdón en la homilía que pronunciará el próximo domingo con motivo de la festividad de las Vírgenes Encontradas, en que Montserrat celebra su fiesta mayor.
Por su parte, el portavoz de la comunidad benedictina de Montserrat, Bernat Juliol, ha reconocido que el informe "deja claro que los mecanismos de control y de prevención no funcionaron, que fue un error comunitario, y por eso pedimos disculpas y esperamos que no vuelva a pasar". "Pedimos perdón por todos los errores que hayamos podido cometer y nos duele en el corazón el daño que dos monjes de nuestra comunidad han hecho", ha dicho el portavoz.
Juliol ha indicado que en los próximos días el monasterio abrirá un nuevo correo electrónico permanente para facilitar la presentación de denuncias, tal y como ha recomendado la comisión independiente, que ha concluido su trabajo con el informe. Juliol ha recordado que Montserrat ya cuenta desde hace años con el protocolo de protección de menores de la Fundación Escola Cristiana de Catalunya y con el protocolo del Departamento de Educación, pero ha ratificado que han comenzado a elaborar un protocolo nuevo que englobe toda la actividad con menores en todos los ámbitos del monasterio.
El monje ha explicado que enviarán el informe de la comisión a la fiscalía, pese a que los casos están prescritos, para que sea la propia fiscalía quien diga si son perseguibles aún. El portavoz no ha descartado que pueda haber más casos de abusos que la comisión no haya podido documentar porque sus víctimas no hayan querido denunciar y ha resaltado que la comunidad sigue abierta "a recibir, escuchar y apoyar a todas las víctimas" y que ninguna de ellas ha pedido ninguna compensación económica. Juliol ha explicado que los nuevos monjes que entran en la comunidad, además del periodo de noviciado acompañados por un monje veterano, han de ir a un psicólogo y superar un examen psicológico para detectar si tienen algún tipo de problema.