Con nueve años, la joven tuvo que someterse a seis semanas de quimioterapia intensiva antes de ser operada en el hospital Royal Victoria Infirmary de Newcastle, Reino Unido. Se enfrentaba a un cáncer de riñón de nivel cuatro extendido hacia el pulmón. "Los doctores nos dijeron que el tumor era del tamaño de una pelota de rugby así que era una operación grande", comentó la madre, Michelle Southern, según 'The Mirror'.
Tras meses de recuperación, en 2015 los médicos afirmaron que el cáncer estaba desapareciendo. "Skye comenzó a tener una infancia normal de nuevo. Las cosas parecían ir muy bien", dijo la madre. Hasta que la niña comenzó a tener, otra vez, fuertes dolores de estómago e inflamación.
"Fue un gran shock para nosotros cuando nos dijeron que el cáncer había vuelto y que estaba en su zona pélvica. Al día siguiente los doctores dijeron que no podían hacer nada y nos dejaron llevarla a casa", afirmó la madre.
Diez días después murió en los brazos de sus padres. "Le dije que no tenía que pelear más y que cerrase los ojos y se durmiese". La enterraron en un triste funeral junto a sus padres y su hermano de diez años.