Kelly Hope llevaba separada de su marido cinco años cuando tomó una decisión desinteresada para, según ha afirmado, "mantener a su familia unida".
Su exmarido, Dan Pyatt, llevaba un año buscando un donante de riñón compatible y, ante la larga espera, su exmujer, con la que tiene dos hijas en común, decidió realizarse las pruebas de compatibilidad.
"Han pasado cinco años desde nuestro divorcio, aunque ya no estamos juntos, no estoy preparada para que mis hijas se queden sin padre", reconocía Kate que, cuando descubrió que el resultado era positivo, no dudó en someterse a la operación, que se realizó el pasado mes de julio.
La operación resultó exitosa y ahora ambos se encuentran en buen estado de salud: "Ya no estamos casados, ni estamos juntos, pero somos una gran familia y tuve que hacer ese sacrificio para mantener a nuestra familia unida", aseguraba Kate.
La mujer ha reconocido que su relación nunca fue mala, y que cuando le diagnosticaron unaenfermedad renal crónica su exmarido comenzó a ponerse en lo peor: "Él se estaba poniendo peor y eso no sólo me rompía el corazón, sino que me hizo darme cuenta de lo que tenía que hacer por mis hijas. Dan nunca me lo pidió, fue mi decisión ayudarle", explicó Kate al diario británico 'Mirror' tras someterse a la operación el pasado mes de julio.
Un acto que su exmarido le agradecerá eternamente: "Estamos separados, pero eso no implica que no seamos una familia. Fue un acto desinteresado, arriesgar tu propia vida. Kelly siempre será mi heroína".