Lo peor del temporal
Murcia y Comunidad Valenciana, asfixiadas por el agua: ríos desbordados, carreteras cortadas y colegios cerrados
Las consecuenciasLas lluvias torrenciales desatan el caos en el sureste español: urbanizaciones aisladas, tráfico colapsado y un despliegue de emergencia ante una situación crítica que recuerda a la tromba de 1997.

Las lluvias torrenciales de las últimas 24 horas han desatado una situación crítica en la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana. Ríos fuera de control, carreteras intransitables, colegios cerrados y urbanizaciones aisladas marcan un escenario de emergencia que ha llegado a las autoridades a desplegar dispositivos de emergencia en múltiples localidades.
En la Región de Murcia, los ríos Quípar y Argos, en Caravaca de la Cruz y Cehegín, han experimentado un crecimiento alarmante, provocando inundaciones en viviendas y dejando a numerosos vecinos aislados. Desde 1997 no veían una tromba de agua parecida.
Las consecuencias han sido devastadoras: en Totana, una tormenta descargó 50 litros por metro cuadrado en apenas 40 minutos, justo a la hora de entrada escolar, dejando un colegio anegado. En Cartagena y la comarca del Noroeste, las autoridades han ordenado el cierre de colegios y centros sociales debido a la peligrosidad de los accesos.
El temporal ha castigado especialmente el área de Lorca, donde las calles han quedado completamente inundadas en cuestión de horas. El tráfico en la región se ha visto seriamente afectado, con numerosas carreteras cortadas y zonas de difícil acceso.
Comunidad Valenciana: la pesadilla continúa
En la Comunidad Valenciana, la situación no es menos preocupante. Las zonas afectadas por la DANA vuelven a sufrir los estragos del agua. En Castellón, los ríos han sobrepasado sus límites naturales, convirtiendo carreteras en cauces intransitables.
En Valencia, la lluvia ha paralizado la actividad diaria: los colegios permanecen cerrados por tercer día consecutivo, las pedanías están prácticamente incomunicadas y los centros médicos han dejado de dar citas ante la imposibilidad de acceder a algunas áreas.
Las autoridades mantienen un monitoreo constante de barrancos y cauces, que siguen acumulando agua a un ritmo preocupante. Mientras tanto, los vecinos de ambas comunidades cruzan los dedos ante un panorama que no deja de agravarse.