Una despedida antes de morir de aquello que amas en vida. Es el concepto de lo que se conoce como funeral planner y que consiste en "organizar y coordinar ceremonias que sean un poco más en coherencia con la vida de la persona que fallece", señala Cristina Borrazás, dedicada a esta actividad.
Que el último adiós se produzca con la música, la comida o el lugar favorito de quien despides ayuda, dicen los expertos, a superar el duelo, pues la mayoría desea un entierro sin lágrimas. Para planificar la muerte, la empresa de Cristina, de Carballo, en A Coruña, ofrece dos carpetas, una en la que se dejan decisiones burocráticas o médicas y otra en la que se refleja o cuenta a tu familia "todo lo que querías decirle y nunca les contaste", apunta Borrazás.
Un funeral planner cobra más o menos una cantidad similar a la de un organizador de bodas, entre 600 y mil euros, y los seguros de decesos cubren estas ceremonias. "El seguro cubriría cualquier cosa que tú dejes establecido", afirma Cristina Queijo, gestora de seguros Asisa.
Cristina Borrazás también organiza despedidas de mascotas y homenajes en aniversarios como, por ejemplo, "una ruta de senderismo o una comida juntos en ese lugar que nos recuerda a esa persona porque le gustaba mucho ir", dice.
No pueden más
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