El veterinario del zoológico de Rafah, ubicado en la Franja de Gaza, Palestina, cortó las garras de una leona de 14 meses para que pudiera jugar con los visitantes del zoo sin peligro. El objetivo: ofrecer una experiencia interactiva con el animal, según recoge el 'Daily Mail'.
Ante la falta de hospitales de animales especializados en el lugar, toda esta operación fue realizada en el propio zoo, sin las instalaciones correspondientes. El veterinario que la operó, Fayez al-Haddad, comentaba: "Se cortaron las garras para que no crecieran rápido y los visitantes y los niños pudieran jugar con ella" .
La organización Four Paws se ha denunciado la situación, alegando que el procedimiento fue agonizante para la leona. "Quitar las garras a un león equivale a amputar los dedos de un humano hasta el nudillo", explican miembros de la organización.
Estos también han protestado por otras prácticas llevadas a cabo en el zoológico, como tener a 50 animales en pésimas condiciones, entre ellos cuatro leones recién nacidos que se encuentran prácticamente congelados.
La leona Falestine, jugó, tras unos días de recuperación, con los niños que visitaban el zoo. Sin embargo, el veterinario advirtió que las garras volverían a salir después de seis meses.
En 2016 este centro fue valorado como "el peor zoológico del mundo" tras evaluar las condiciones en las que viven y se encuentran los animales del zoo.