Bienvenidos a la pensión La Ferroviaria, en Zaragoza: Myla es, más que su dueña, su feroz guardiana porque si la criticas en internet, ella se defiende.
Un huésped se quejó del control excesivo que hacen de la clientela. "Olvídate de ligar con alguien y subir a tu habitación", escribió. A Myla no le gustó: "Si usted liga, ole campeón, pero vete a otro sitio o registre a esa persona. Y por supuesto, paga por ella". En persona piensa lo mismo: "No dejo entrar a nadie, paga usted un suplemento y ya está, todos tan contentos, puede echar risas, cantar y lo que le dé la gana".
Mucho ojito con criticar las instalaciones, una clienta dijo que la ducha es pequeñísima y apenas se puede entrar. Myla fue a lo personal: "La ducha es perfecta pero digamos que no está preparada para gente grande. Tampoco las camas soportan determinados pesos".
Si te quejas del ruido porque "las paredes son demasiado finas", prepárate: "Quejarse por quejarse no tiene sentido. La próxima vez el convento de las carmelitas descalzas te dará la paz necesaria. Amén".
"La persona que inventó el lema 'el cliente siempre tiene la razón' yo le diría que se viniera a estar dos meses aquí conmigo y seguramente preferiría hacerse las ingles brasileñas a la cera", señala Myla, la líder de una rebelión contra las críticas en Internet. "Estaré una temporada fuera de TripAdvisor y volverá como el retorno de Myla", sentencia.
"Le habían lavado el cerebro"
De California a Manresa para rescatar a su hermana de una secta: "El cura me agarró y me tiró al suelo"
El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.