París tiene sus Juegos Olímpicos, pero en España no lo pasamos mal. Nosotros tenemos otro tipo de competiciones, algunas de ellas inigualables. Este viernes se ha celebrado en el municipio cántabro de Ambrosero el concurso mundial de comer sobaos.
Suena la campana y cada uno con su técnica se pone manos a la obra. Esta competición también lleva horas de preparación, tal y como cuentan algunos de sus participantes. "He comido arroz a la cubana, arroz en salsa verde, un poco de bonito con cebolla y luego tres melocotones", dice uno de ellos. ¿Su objetivo? Intentar batir el récord, el mismo que marcó Valentín al comerse 16 sobaos en tan solo ocho minutos. Una marca casi imposible de batir. De hecho, él mismo estuvo a punto de vomitar.
Pero no es el único concurso de 'sobaos' de España. También tenemos un campeonato nacional de siesta, en el que se valora, como indica su juez, "elegancia, postura, ronquido y el tiempo durmiendo". Esto último es "muy importante".
También hay juegos menos conocidos, como el que se celebra en Torres del Carrizal, en Zamora, que consiste en intentar atrapar el queso que corre ladera abajo; el de escalada de cajas de refresco, la guerra de almohadas o el Brutathlon.
Aunque si algo nos gusta en España es lanzar cosas por los aires, ya sean teléfonos móviles como en Velilla de San Antonio, en Madrid; melones, como en Ablitas (Navarra) o huesos de aceituna, como el clásico campeonato nacional que se celebra en Cieza, Murcia. Entre sus filas una cara más que conocida, la de Teodoro García Egea, quien logró la victoria con 17 metros en 2019, y se quedó a tan solo ocho metros de batir el récord, que actualmente está en 25 metros.