Las autoridades de la localidad argentina de Mendoza conocieron los abusos cuando la menor alertó de unos dolores estomacales que resultaron ser un embarazo. Al ser ingresada, los médicos confirmaron que la menor se encontraba en la semana 32 de gestación, lo que ha generado un debate social y jurídico sobre si cabe la posibilidad de practicar un aborto en este caso.
El jefe de la Fiscalía de Mendoza, Alejandro Gullé, ha explicado que los padres de la niña dijeron ante las autoridades que desconocían los abusos a los que estaba siendo sometida y achacaron que no percibieran el embarazo a que es de complexión "robusta", informa el diario 'Clarín'.
El aborto en caso de violación no está penalizado en Argentina, pero Gullé ya ha adelantado que, al tratarse de un feto a pocas semanas de nacer, "el embarazo continuará su curso". "Si la familia no quiere al bebé, podrá ser dado en adopción", ha apuntado.
Un abogado de Derechos Humanos, Diego Lavado, ha matizado al periódico 'La Nación' que cualquier embarazo de una niña con menos de trece años es "legalmente" fruto de una violación y ha asegurado que en casos como este la jurisprudencia avala que se interrumpa el embarazo si así lo autoriza el progenitor de la menor.
El presunto violador se encuentra detenido y ya se ha hecho cargo del caso un juez de menores que pedirá, entre sus primeras medidas, un análisis genético que permita determinar si el principal sospechoso es el padre del bebé. El detenido no tenía antecedentes penales.