La familia de Aoife Flanagan-Gibbs, una niña británica de tres años, llevó a la pequeña al hospital por padecer dolores de estómago. Allí, los sanitarios advirtieron a los progenitores de la menor británica por "no estar alimentando a su hija adecuadamente", lo que le producía estreñimiento infantil común y pérdida de peso.
Tan solo cinco días después la pequeña falleció. La causa de su muerte fue un cáncer poco frecuente y, ahora, sus padres han querido denunciar en el diario 'Daily Mail' la falta de atención médica que recibió la pequeña.
"La llevé a ver al médico de cabecera 11 veces en tres semanas", ha reivindicado la madre, que asegura que "se le quitó una oportunidad justa" para frenar el avance de la enfermedad y poder sobrevivir a ella.
La autopsia de la menor reveló que tenía un tumor en el hígado que le bloqueaba el intestino y le producía dolores en diversas partes del cuerpo. Ahora, la madre de la menor ha fundado una organización benéfica que lleva su nombre, con la finalidad de recaudar fondos para los menores que se encuentren en una situación similar.