Naila se sube al coche, llama a su próximo cliente y se pone en marcha. Es taxista en Pakistán, algo muy poco habitual, ya que es un trabajo mayoritariamente de hombres. Esta madre soltera de cinco hijos pasa cada día 12 horas en la carretera para mantener a su familia. "Es un trabajo muy difícil en nuestra sociedad, pero no me rindo", cuenta.
El caso de Naila es un avance en una sociedad marcada por la discriminación machista. Según un estudio, Pakistán es el sexto país más peligroso del mundo para ser mujer. Por delante, Arabia Saudí, Somalia, Siria, Afganistán y, en el primer puesto, India.
Precisamente, en India, trabaja la ONG 'World Vision'. "Jharkhand es la provincia donde estamos trabajando. En los últimos diez años ha aumentado la violencia contra las niñas y mujeres un 211%", afirma Eloisa Molina, coordinadora de comunicación de 'World Vision'.
A través de un programa de autodefensa basado en el kárate, la ONG ha enseñado ya a 20 niñas a defenderse del acoso que sufren a diario. Los datos más recientes señalan que, en 2016, el país registraba cuatro violaciones cada hora.
Una de las niñas dice que "tenía miedo de salir pensando que algo malo podría pasar". Mientras ellos observan sorprendidos, ellas entrenan. Seis de las niñas ya han conseguido el rango más alto, el cinturón negro.
"Después de aprender kárate, nuestro nivel de confianza ha aumentado. Donde quiera que vayamos, la gente nos respeta", cuenta otra de las jóvenes. Una ayuda para las niñas de un país en el que las agresiones sexuales han aumentado un 83% en diez años.