Se llama Terry McKirchy y su historia se remonta a 1984, cuando era la niñera de Benjamin Dowling, que en aquel entonces tenía tan solo cinco meses de vida. Un día lo zarandeó tan fuerte en su casa de Florida (EEUU) que le causó una grave discapacidad que le acompañó toda su vida, hasta que murió en 2019 con 35 años. Ahora ella misma se ha declarado culpable de homicidio involuntario.

"Por primera vez y 40 años más tarde. Estamos aliviados de que este día se haya llegado, pero siempre recordaremos a Benjamin", ha asegurado la madre de la víctima, Rae Dowling.

Durante más de una treintena de años, Benjamin no pudo caminar, ni hablar, ni tampoco comersolo debido a la discapacidad severa provocada por una hemorragia cerebral. Una lesión que le ocasionó el fuerte zarandeo que sufrió por parte de su niñera en pleno arrebato de ira.

En aquel entonces, cuando los padres recogieron al pequeño, su cuerpo estaba débil y sus puños cerrados. Cuando Benjamin murió en 2019 la autopsia apuntó al daño provocado por su cuidadora.

Quien también ha lamentado lo sucedido ha sido la mejor amiga de McKirchy: "Terry, sabías lo que hiciste y dejaste a esos pobres padres traerte de vuelta a su precioso hijo", reaccionaba estupefacta y entre lágrimas al conocer la verdad.

Por su parte, Rae reafirma sus palabras al asegurar que su "foco estaba siempre en Benjamin y lo seguirá estando", mientras que "ella tendrá que vivir con esto".

Después de 40 años defendiendo su inocencia, Terry se ha disculpado por carta y se ha declarado culpable por homicidio involuntario. Y es que sus golpes condenaron a Benjamin a una vida que no le correspondía.