Samba vivió, durante su niñez, en una escuela coránica donde el imán les obligaba a él y a sus compañeros a mendigar por las calles de Saint Louis (Senegal). "Estábamos allí para aprender el Corán y para conseguir dinero en la gente, es una vida realmente difícil", cuenta a laSexta.

Con la ayuda de una ONG, consiguió salir de esa vida y formarse como profesor de español, pero sabe que miles de niños viven esta situación, sobre todo, en ciudades portuarias. Compañeros suyos acababan trabajando para pescadores y subiendo solos a cayucos rumbo a España.

"Tengo amigos que hacen esto y que están actualmente en España y tengo otros que están muertos", confiesa. Es una de las principales maneras que tienen de huir de su realidad los llamados niños tálibes. Cherno Baldé también fue uno de ellos y conoce bien la violencia a la que les sometían.

"Tenía que delinquir para conseguir el dinero que nos pedían en la escuela coránica. Si no traes lo que te piden, te pueden pegar y por eso cuando no lo teníamos, dormíamos en la calle. Yo dormí varias veces en la calle y una de esas noches me recogieron voluntarios de esta organización", afirma.

Por esta ONG pueden pasar a la semana entre 700 y 2.500 niños. Mamadou Gueye, sociólogo y miembro de la Maison de la Gare, cuenta que entre 2021 y 2022 había registradas 500 escuelas coránicas solo en Saint Louis, una cifra que ahora seguro que ha ido a más: "Se han dado cuenta de que se recauda mucho dinero con el tema de la mendicidad".

Allí dan educacion, comida y les atienden sanitaria y psicológicamente. Issa es el fundador y llevar 17 años atendiendo a estos pequeños. "Cada vez son más los niños que se suben solos a los cayucos. Nosotros solo podemos denunciar y hacer señalamientos. Tanto a nivel nacional como internacional", asegura a laSexta. Apoyos necesarios que tienen que sumarse para unos niños que, solos, se la juegan en la calle y se la juegan en el mar.