La investigación avanza
Novedades en la tragedia de la mina de Cerredo: los detectores no habrían captado la presencia de gas grisú
Los detalles Algunos de los mineros fallecidos sufrieron síntomas de intoxicación días antes del accidente, lo que refuerza la hipótesis de la presencia de gas grisú en la mina.

La investigación del mayor accidente minero en treinta años en Asturias avanza para esclarecer las causas de la muerte de cinco operarios el pasado 31 de marzo en la mina de Cerredo, en el municipio asturiano de Degaña. La presencia de gas grisú, que se barajó como la primera hipótesis tras la explosión, se mantiene como el motivo más probable de la tragedia.
Según han asegurado los familiares de los fallecidos, algunos de los mineros manifestaron síntomas de intoxicación por gas los días previos al accidente. Algunos de ellos habrían comunicado que padecían malestar general y fuertes dolores de cabeza, e incluso acudieron al centro de salud, aunque ninguno necesitó una atención sanitaria de mayor nivel.
Una vez recabada esta información, los técnicos de minas y especialistas en explosivos inspeccionarán el pozo este martes. Se centrarán principalmente en el tercer nivel de profundidad, donde se produjo la explosión.
Con esa inspección ocular de los expertos y de la Policía Judicial se intentará dar respuestas a las incógnitas que siguen abiertas. Aunque todos los datos apuntan a la explosión de la bolsa de gas, debe ser corroborada en esta exploración. En caso de confirmarse, llegaría la segunda pregunta: ¿por qué no funcionaron los detectores de gases?
Los sensores de detección no hicieron saltar las alarmas por la presencia de gases tóxicos, igual que tampoco habrían funcionado los sistemas de ventilación, que tienen como objetivo evitar las acumulaciones de sustancias peligrosas en el interior de las minas.
En este sentido, fuentes sindicales han explicado que en la mina había medidores de grisú y que aunque existía ventilación para eliminar la concentración del gas, ésta solo funcionaba durante los días laborales.
El accidente se produjo un lunes, por lo que se baraja que no diera tiempo a ventilar adecuadamente los niveles de la explotación en los que se trabajaba. Algo que no sucedía en las grandes explotaciones, antes de su cierre definitivo en el año 2018, cuando la ventilación funcionaba ininterrumpidamente y existían equipos de seguridad para controlar cualquier tipo de incidencia.
Tampoco se sabe qué estaban haciendo los operarios en ese tercer nivel de la mina en el momento de la explosión. Según ha recalcado el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, la empresa "no tenía autorización para investigar", sino solamente "de retirada de material de la antigua mina", por lo que también se debe dirimir si las actividades que los mineros realizaban en ese momento estaban debidamente autorizadas.