Se juegan la vida huyendo del horror. En su travesía, los migrantes no solo se enfrentan a la furia del mar, sino a las mafias que trafican con ellos, e incluso, a las patrulleras libias.

Los rescatados por 'Nuestra madre de Loreto' tuvieron suerte porque el barco no dudó en cumplir con su deber de socorro. "Lo primero que hacemos es socorrer y salvar esas vidas humanas", ha afirmado el director de la Asociación de Armadores Carbopesca, Pedro Hernández.

El pesquero 'Nuestra Madre de Loreto' entrega a Malta a los 11 migrantes rescatados en el Mediterráneo

Pero hasta encontrar un puerto seguro, 'Nuestra madre de Loreto' ha vagado sin rumbo durante 10 días. En este sentido, Pascual Durá, capitán del pesquero, ha lamentado: "Se preocupan más de enterrar a los muertos que hay por ahí que de los vivos que podemos morir".

Denuncian que se han sentido totalmente desprotegidos por las autoridades internacionales y por su propio Gobierno. "Si después de haber cumplido con nuestra obligación como personas, que es salvar vidas humanas, nos encontramos con una situación un poco absurda, nos hemos visto claramente agotados, bloqueados y desesperados", ha asegurado Pedro Hernández.

Y se preguntan qué hacer a partir de ahora si vuelven a encontrarse una situación de este tipo en la que los Estados deben cumplir con el derecho internacional y el derecho marítimo.

Joaquím Bosch, portavoz de 'Juezas y Jueces para la Democracia' afirmó en 'Al Rojo Vivo' que "lo que no puede hacer el Gobierno es que porque los puertos más seguros no aceptan a los migrantes, entregarlos a un sitio donde están cometiendo torturas, vejaciones o secuestros".

Sin embargo, aunque hace meses el Ejecutivo celebró la acogida de los migrantes del Aquarius, ahora, dicen, se limitan a cumplir las reglas del juego. Carmen Calvo declaró que "las normas indican que hay que ir al puerto más cercano y seguro y el Gobierno de España no es el que dice qué puerto cercano y qué puerto seguro, lo dicen las normas". "Nosotros las acatamos" , añadió.

Unas normas que no siempre benefician a quienes escapan de un lugar peor.