Una de cada tres escuelas de todo el mundo no tienen un sistema básico de saneamiento, por lo que la salud de 620 millones de niños está en peligro por algo que es "más que un inconveniente", ha advertido la ONG WaterAid, en un informe publicado con motivo del próximo 'Día Mundial del Retrete'.
El estudio calcula que, cada año, los niños pierden hasta 443 millones de días de clase debido al mal estado del agua y del saneamiento y estima que medidas tan básicas como la instalación de retretes o el lavado de manos pueden reducir el dato a casi la mitad.
'WaterAid' ha analizado la situación de 101 países y ha situado a Guinea-Bissau como el peor país del mundo en materia de acceso a retretes en las escuelas, ya que el 81% de los centros carecen de estas instalaciones. En Níger, donde siete de cada diez personas defecan al aire libre porque no tienen un váter o letrina en su casa, solo uno de cada cuatro escuelas tienen una red básica.
La consejera delegada de WaterAid, Sarina Prabasi, ha advertido de que se pueden salvar "muchas vidas" y proteger un derecho básico como es la educación que "puede transformar la vida de un niño y sacar a su familia de la pobreza". Este mensaje, ha añadido, "es especialmente cierto en el caso de las niñas", en riesgo cada vez que utilizan instalaciones ajenas o imposibilitadas para ir a clase si tienen la menstruación.
En la zona sur de Asia, más de una tercera parte de las adolescentes dejan de ir a clase entre uno y tres días al mes para evitar que le coincida con el periodo. Los expertos calculan que el consumo de agua contaminada y las malas redes de saneamiento se cobran cada año la vida de 289.000 menores de cinco años. Solo las diarreas y las infecciones intestinales matan a más de 140.000 niños anualmente, según 'WaterAid'.