Con un manto lechoso. Así bajan estos días los riachuelos alrededor de la antigua mina de cobre de Touro, en A Coruña. La mina, desde que se cerró hace varias décadas, se usa ahora para almacenar lodos de depuradoras o de mataderos. Pero estos meses ha llovido tanto en Galicia que la balsa de la mina desborda y arrastra los deshechos a los ríos.

Eso ha provocado que el agua también se vea afectada por esta contaminación de una empresa que está instalada en la zona, como explica Isabel García (Ecologistas en Acción): "Las aguas ácidas de mina, mezcladas con tecno soles, hacen que en las últimas analíticas haya cobre y níquel".

La mina, a día de hoy, sigue contaminando, de ahí el color cobre del agua. "Te intentan vender que el río y ya veis la situación del río", comenta Víctor Martínez, de la Plataforma contra la Mina de Touro.

Se siguen acumulando lodos de la mina en lugares los prados cercanos a los riachuelos, estropeando así la restauración de una zona que se completó con éxito, llenando de verde una zona desértica cuando la mina cerró.

Y ahora, a esa contaminación antigua, se une la de los residuos de depuradoras y alimentación que también han denunciado. La Fiscalía está analizando las denuncias puestas por Ecologistas en Acción, mientras que Aguas de Galicia ha abierto un expediente de denuncia. "En níquel está un 60% por encima de los niveles permitidos por la Confederación Hidrográfica de Galicia.

Según cuenta los ecologistas, las multas a la empresa responsable son continuas, pero leves al tiempo que siguen contaminando día tras día. Además, aseguran que producen tecnosoles con técnicas muy restrictivas.