Elizabeth Rodríguez (22 años), Rubén López (37 años) y Luisgé Martín (56 años) pertenecen al colectivo LGTBI y con sus testimonios nos han ayudado a ver las diferencias con las que han vivido su homosexualidad.
En medio de los tres está Rubén, que explica que cuando sintió que era homosexual no había nada en la sociedad que le ayudara a entender que lo que le pasaba tenía algo positivo, por lo que empezó a vivir su homosexualidad sintiendo que era "algo raro".
A Luisgé le pasó lo mismo, pero en su época admite que también tuvo "miedo, pánico y vergüenza". "No era tanto el rechazo externo como el interno, porque me habían dicho que era un insecto, un enfermo o un pervertido", explica.
La más joven, Elizabeth Rodríguez, saca al miedo de la ecuación a la hora de confesar su homosexualidad. Sin embargo, sí admite que vivió ese miedo al salir del armario como un transexual porque "hay menos referentes trans".
Otra diferencia palpable es que ella salió del armario a través de Facebook, una oportunidad que no tuvieron los otros dos. "Yo tenía que intentar conocer gente a través de anuncios en periódicos y cartas que tardaban dos meses en llegar", cuenta el mayor de los tres, que añade: "Lo que habría dado yo por tener una app".
Pese a que coinciden en que se ha avanzado mucho, recuerdan que aún queda camino por hacer pero que cada vez es más fácil sentirse "ciudadanos de primera y darse la mano en cualquier parte". Y sentencian: "La homofobia no es una opinión, es una indigencia intelectual y debería ser delito".
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