Las reivindicaciones del colectivo LGTBI están hoy más presentes que nunca. Sin embargo, para que sus integrantes tengan la visibilidad de la que disfrutan hoy, hace décadas hubo otros que tuvieron que romper todos los estereotipos, tal y como recuerdan varios miembros de la Fundación 26 de diciembre.

Es el caso de Nieves Feito, de 63 años, que a los 20 se casó en un matrimonio heterosexual y a los 22 tuvo hijos. Asegura que eso era lo socialmente aceptado. "Sabes que no eres feliz, que algo no funciona, pero no te paras a pensar qué es", explica.

Algo similar sucedió con Federico Armenteros, que llegó a ejercer como sacerdote. Asegura que la educación de la época era el principal problema: "Nos habían metido esa homofobia que decía que éramos malos, que teníamos que ser heteros, y que no se nos tenía que notar".

Por eso, Eduardo Rey considera que el contexto en el que se mueve el colectivo hoy en día es mucho más favorable al que había hace 30 años. "La diferencia con los jóvenes de ahora es que ellos tienen referentes, nos tienen a nosotros", sostiene.